Noches.

Y sus manos estrujaban mi cuerpo, me sumergí en espasmos de placer, abrí los ojos era él,
la primera vez que lo conocí quise jugar a imaginar cómo serían sus besos como sería su olor, su respiración
esa noche, era real, no entendía, la noche jugaba a mi favor, pero algo no calzaba
seguí atenta a cada uno de sus movimientos cada pulsación emitida por los cuerpos parecía de siempre, como si otras veces nuestros labios se hubiesen juntado, como si conociera su cuerpo como el mío
amanecía y las risas nos cubrían, el frio se había espantado pero mi cuerpo seguía asustado
la verdad era obvia, su mente no conectaba con la mía y a kilómetros de esa cama otro corazón latía.

Estoy acostumbrada a equivocarme, pero jamás a arrepentirme de mis actos, si debo pagar el karma, lo haré una y mil veces, todo pasa por algo, y para algo...

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